
El Día de la Madre es, sin duda, el momento idóneo para celebrar a esa mujer única que nos dio la vida y nos enseñó a volar. Y qué mejor que celebrar ese amor incondicional que con el mayor símbolo de libertad, elegancia y transformación: una mariposa hecha joya.
Cada joya cuenta una historia. Lleva consigo un intangible que la hace eterna y testigo de toda una vida, lo que las hace idóneas para regalar en el Día de la Madre. En este sentido, las joyas encierran un significado especial que les proporciona no solo belleza externa, sino profundidad emocional. En esos susurros al oído del alma, Perodri Joyeros da un lugar especial a la joyería protagonizada por mariposas, la cual simboliza todo lo que una madre ha sido, es y será: libertad, transformación y amor.


Conscientes de ello, en el taller de Perodri Joyeros se crea cada joya con dedicación y alma, con la visión de transformar el oro y las piedras preciosas en algo eterno, en memoria, amor y exclusividad. Al fin y al cabo, de la misma forma que en la naturaleza no existen dos mariposas iguales, cada una de las creaciones de Perodri Joyeros es representación de la exclusividad más real y honesta. Un saber hacer que nace de la voluntad de crear algo verdadero, unido a un compromiso inquebrantable con la excelencia, la calidad y la innovación.
En este sentido, cada creación de Perodri Joyeros se elabora a mano en su atelier propio, lo que le confiere de ese carácter especial y único. De esta forma, desde la pasión por el oficio y el savoir-faire más auténtico, de una larga historia de tradición e innovación, cada joya cobra vida como resultado de un proceso totalmente artesanal en el que prima la búsqueda de la excelencia en cada detalle. Algo que no solo contempla la selección de los materiales de la mejor calidad o la maestría de los joyeros artesanos y orfebres, sino que comienza mucho antes, en un concepto que se plasma en una idea, en un boceto y un modelo.


Inspiradas en la naturaleza, cada mariposa es desarrollada prestando atención a las formas, las proporciones o la armonía, para dar origen a colgantes, gargantillas, sortijas, pendientes, broches y un sinfín de opciones adaptadas a cada persona. Así, el fuego, el oro y las gemas se unen en un todo que atesora la eternidad. Un relato de perfección y belleza, con joyas de inspiración orgánica, elegantes y atemporales, que suponen la metáfora perfecta de lo que es la maternidad: transformación, evolución, resiliencia, fuerza, constancia y, sobre todo amor.



En definitiva, cada una de estas joyas ha sido ideada para celebrar la esencia de la maternidad en su forma más pura y poderosa, como una declaración de la magnífica divinidad que reside dentro de cada madre. En otras palabras, basadas en la artesanía, la calidad y la excelencia, estas joyas son un tributo a la belleza, la fuerza y la divinidad que florecen en el alma de cada madre.